Renacimiento

Renacimiento

En el Renacimiento, Venecia y Florencia fueron las capitales de los perfumes. Se recuperaron las fórmulas de las antiguas composiciones y la perfumería volvió a rebrotar con fuerza en Europa. Las cortes de los Médicis y de los Duxs de Venecia eran cortes perfumadas.

Cuando Catalina de Médicis, la gran embajadora del perfume salió hacia Francia para casarse con el rey Enrique II, se llevó, entre su séquito, a su perfumista privado, Renato de Florencia, que al llegar a Paris abrió con gran éxito una tienda de perfumes, del que las malas lenguas decían que sabía componer igual de bien los perfumes que los venenos.